A las distintas iniciativas asistieron más de 400 mujeres, entre vecinas y mamás de chicos que asisten a las sedes de Envión. Ellas fueron parte de un proceso educativo donde el resultado final fue llevado a sus hogares. Cada una de las canastas que armaron contaba con un huevo y un conejito de chocolate que luego compartieron con sus familias.
Al respecto, Carla Brites, a cargo de esta propuesta de Envión, destacó: “El proceso de aprendizaje compartido por todos los presentes resaltó cualidades tales como la sororidad, la empatía y el disfrute por el aprendizaje. Algunas vecinas ni siquiera se conocían y colaboraron entre todas compartiendo los materiales y potenciaron sus cualidades ayudándose ente sí”.
Para los niños, el área de Deportes municipal ofreció talleres y actividades recreativas donde se abordaron conceptos tales como el trabajo en equipo y el respeto de las normas en distintos juegos.