El viernes 30 de octubre, las entidades del sector del libro hicieron llegar la carta que se lee debajo, solicitándole al ministro de Cultura de la Nación Tristán Bauer gestiones para que las editoriales, industrias gráficas, distribuidoras y librerías no dejen de percibir la ayuda del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, conocido como ATP. Esto se debe a que el gobierno anunció una reducción en el universo de actividades auxiliadas por el programa.
Como destaca la carta, todavía hoy la producción y comercialización del libro, si bien ha retomado su actividad, sufre resultados con una variación interanual negativa y, por lo tanto, padece problemas para sostenerse y no desaparecer. Es decir, con riesgo de no producir ni comercializar y de garantizar los puestos de trabajo que ocupa.
En la cadena del libro, destaca el escrito, las librerías son el eslabón más débil, a la vez que constituyen la boca principal del negocio, del cual dependen las demás, a la vez que son promotoras de cultura.
La Fundación El Libro (FEL) ha participado, en toda esta etapa de la pandemia, de las distintas gestiones ante los gobiernos, junto a las distintas entidades del sector, como lo hace en esta oportunidad.
La carta a Tristán Bauer firmada por las entidades del libro:
Señor Ministro de Cultura de la Nación
Prof. Tristán Bauer
De nuestra mayor consideración:
Nos dirigimos a Ud. para solicitarle que, por su intermedio, se gestione la permanencia de las editoriales, industrias gráficas, distribuidoras y librerías en el listado actual de Actividades Críticas del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, ATP.
El total de la cadena de valor del libro se encuentra en una situación crítica y, de manera mayoritaria, con una variación interanual negativa en su facturación. Es decir, se halla incluida entre aquellas actividades de nuestra economía que el gobierno, según su manifestación, ha decidido que podrán mantener el beneficio.
Como es de su seguro conocimiento, la tímida recuperación de los dos últimos meses –tras una paralización y posterior reanimación parcial de la actividad- no alcanza, de todos modos, a cubrir los gastos fijos de empresas y comercios. Por ello, el Programa ATP, y sobre todo el beneficio del salario complementario, ha sido una gran ayuda para sostener el empleo en el sector y compensar la fuerte caída en las ventas.
En este escenario dramático se encuentran incluidos y afectados todos los actores del ecosistema: autores, editores, gráficos, distribuidores, libreros. Estos últimos son el eslabón más frágil y, a la vez, estratégico en lo comercial y cultural; de su permanencia depende el resto.
Auxiliar hoy el funcionamiento creativo, productivo y comercial en el mundo del libro permitirá enfrentar el enorme desafío que significará el año por delante. La Argentina tiene una industria con historia, pluralidad y declarado orgullo, y debe continuar teniéndola. El retiro del ATP significaría una sentencia de muerte para muchos de los integrantes de nuestro sector, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.
Las abajo firmantes somos instituciones que la representamos en su totalidad. Por consiguiente, esperamos ser oídas y satisfechas en esta solicitud.
Desde ya, agradecemos su gestión y lo saludamos cordialmente.
– Cámara Argentina del Libro (CAL)
– Cámara Argentina de Publicaciones (CAP)
– Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Actividades Afines (FALPA)
– Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA) – Sociedad Argentina de Escritores (SADE) – Fundación El Libro (FEL)