Fue 3-1 en favor del millonario [/highlight]con goles de Martínez, Alario y Driussi. Fernando Gago, de tiro libre y con ayuda de Batalla, había puesto el 1-2 parcial. Categórico es la palabra indicada para describir al último superclásico del fútbol argentino. River fue con un objetivo claro a la cancha de Boca: atacar por el costado derecho. Y vaya que le dio frutos. No solo lo complicó al xeneize, sino que en cuestión de minutos se puso 2-0 con baile incluido. Peruzzi y Vergini redondearon el peor partido desde que arribaron al club de la ribera y fueron los grandes responsables de la derrota local. Si bien Batalla -dueño de una maldición superclásica- le regaló un insólito gol en el último minuto del primer tiempo a Boca, el millonario siempre estuvo a la altura de las circunstancias. Ya en el segundo tiempo, por empuje y amor propio, el xeneize lo fue a buscar y casi lo logra, pero desperdició chances claras y River no perdonó. Cuando el partido se moría, Gago ejecutó mal un tiro libre y prácticamente le «regaló» el gol a Driussi para que los de Núñez liquidarán el partido. Ahora el campeonato está al rojo vivo y Gallardo consiguió lo que le faltaba: ganar en la Bombonera como DT. Eso, en lenguaje riverplatense, se llama un verdadero gallardazo.]]>