Luego de su nombramiento como Obispo auxiliar de la diócesis argentina de Zárate-Campana, el Padre Justo Rodríguez, sacerdote de Lagomarsino, contó el camino por la iglesia.
“Elegí el llamado del Señor cuando vivía en mi país, España. Vine en 1983 desde Toledo a Campana como formador del seminario diocesano. Empecé en los barrios Los Cachorros, Amancay y después me instalé como cura párroco en Maquinista Savio, donde la tarea fundamental es la misión, difundir el evangelio y atender a los más vulnerables. Así creamos la la fundación desde la cual atendemos a los más necesitados, con un centro comunitario con comedor y proyecto de educación no formal, apoyo escolar y talleres para todos porque buscamos la atención integral a las familias”, manifestó.
Respecto a la ordenación, la cual aún no tiene fecha establecida, el padre agregó: “Ahora el Papa Francisco me encargó otra tarea y le agradezco al Santo Padre y al Obispo nuestro por la confianza, de corazón. Siento que esto es un regalo de Dios que me hace a través de la Iglesia para la ayuda y el servicio de todos. Todavía queda muchos por hacer”.